jueves, 15 de septiembre de 2011

Calentamiento global y Enfriamiento social


 Ojala este post fuera un cuento, entonces sin lugar a dudas sabría como empezar, ¿Y si imaginamos que lo es?. Conocí a Walter en una sala de cine comercial en la zona  metropolitana de la ciudad, en realidad durante  ese mes diferentes experiencias me llevaban a analizar con detenimiento la función "de los osos en nuestra vida"  sus encubiertos y tan usados "para qués". Fue un simple cartel con la leyenda: "El llegó para salvar la vida de Walter" sumado por supuesto a la gracia de la fotografía,  detuve mi paso, y exclamé: "Tengo que verla, no puede pasar sin que  sepa de que se trata". Al llegar a casa busque el trailer para asegurarme de que mi intuición y mi locura estaban haciendo una lectura adecuada para la dosis "medicinal y de confrontación". (Este post me esta costando mucho trabajo, ya me paré, preparé palomitas, comí naranja, leí de lejos y volví a la pantalla)  
Tomada con el Celular de Beatríz Arredondo
 en las calles del Centro de Guadalajara, Jal,
México durante el mes de mayo del 2011.
Con dolor y con asombro descubría la manera cuasi mágica en la que reparan nuestros compañeros de felpa, tanto en Walter como en mí, ¿Cuántos otros y otras? compañeros de algodón, de manta, de lana, no importa tanto su consistencia ni su material, no tanto. Esos compañeros elocuentes con su discreción y por sobre todas las cosas presentes nos apoyan a enfrentar, a tolerar, a reflexionar , a confiar, a expresar, Ellos y ellas nos dan la oportunidad de tocar la calma que habita dentro de nosotros, son un vehículo. 
El desconsuelo y la desesperanza me enseñaban la crisis de tomar la adultez y sin merecer ningún bálsamo, la pintura de Sergio Garval me escupía retratos de dolor, ansiedad y vacío tan parecido a lo mío que ver su obra sangraba la mirada, mi mirada. He tenido muchas compañeras para entonar la melodía del vuelo en este aprendizaje, sin embargo me he vivido particularmente asistida, escuchada, y sacudida por mi copiloto, que en ese momento por supuesto se preparaba en el hangar de la inquietud y la reflexión; detuvo su marcha mientras observaba mi congelamiento frente al cartel, me escuchaba afirmando mi hipótesis sobre la generación de los "ni-nis" y abría los ojos grandes mostrando su propia inquietud sobre mi temor a la globalización. 
Yo continuaba extasiada, hacía mi manifiesto al mandato fuerte rotundo del caos mundial, señalaba  las representaciones que nos  asaltaban, por lo menos durante aquél mes, y estaban ahí  para  dar cuenta de ello a través de la  pintura, escultura y cine y teatralizando exclamaba: "sin importar país ni grado de desarrollo económico todos y todas a vivir el abismo del vacío existencial, a jugar con su capacidad de crear y transformar el mundo, (sólo jugar sin ejecutar) a marchar por las calles con banderas que ondean consignas de consternación y hastío, ¡¡¡anden busquen sin encontrar respuestas, anden usen la violencia, acorten sus sueños!!!". Vaya frentazo, y el clima se enrarecía entre las dos así que buscando  que la sincronía se apagara nos despedimos. 
En mi siguió la búsqueda, doy con mi "oso bola" y asumo que para mí: Osito Carlitos ha representado la oportunidad de formar una familia, y de formar parte como familia de mi familia y la de el, la de su papá, ha representado la locura colectiva de entrega y pertenencia, Osito ha llegado para cancelar mis temores a la maternidad, Osito también llegó para darme ternura compartida, juego y risa.
 No salvó mi vida, la cambió y dejarlo crecer es tan íntimamente doloroso, ver esta película es como  ver ese hueco "dramatizado", lo pensaba sólo nuestro, no lo es. Al mundo le duele la confianza en los demás, al mundo se le extingue la conciencia. 
Sergio Garval "Exquisitos pepenadores"
P.d Te dejo crecer amado Oso, (encontró su compañera ahora repara un corazóncito perfecto para el). Te dejo crecer! Abandono el juego y me responsabilizo de ejecutar, te dejo crecer hijo, mientras haré lo posible por  tejer un lugarcito, tejeré  junto a otras mujeres y hombres un sitio de paz, de confianza de protección, de risas, de lagrimas acompañadas, de errores reconocidos, de aciertos festejados, lleno de sensaciones de poder y logro, cuidadosamente aseado de reproches y chantajes, con lunas y soles para la reflexión y la soledad. Un sitio para decir, crear, transformar, devolver, dar, recibir. No importa cuánto nos lleve...¡Que se me vaya la vida en ello, crece hijo, que tu madre y padre se mueren por vivir creciendo!. 

1 comentario:

La voz dijo...

de hecho hay otra pelicula que tambien tiene un "amigo" salvador
esa pelicula ha llevado a muchos naufragos a tener fé... incluyendome
vela
"naufrago" con Tom Hanks.. y Wilson