miércoles, 24 de julio de 2013

Fibrosis mamaria y miedo

Cuando ella corría se conmovía por el dolor en su pecho y  a la vez lograba conmover de gusto el ego extraño de los estereotipos. Sus tetas firmes y su cuerpo sumamente delgado enorgullecían -a pesar del malestar y del dolor físico- su marcha y su talla. Sin embargo en lo oscuro de su intimidad algo pesaba y ardía en la forma firme y redonda de su busto. Poco a poco a pesar de lo ajustada que es su  expectativa de "belleza" se permitieron darse cuenta de que la salud de sus tetas nada tenía que ver con la firmeza aparentemente hermosa en sus 22 primaveras.
Vinieron los exámenes, los estudios y la visita a la ginecóloga; el diagnóstico: ALTA FIBROSIS(Da un click rápido para revisar ¿Qué es Fibrosis?) MAMARIA combinado con los antecedentes familiares explotaban el miedo, cimbraban el autocuidado y destrozaban los estereotipos de belleza comercial. La hermana de su madre (Que también es mi tía) había tenido cáncer de mamá, así que la silenciosa fibrosis había estado invadiendo las mamas orgullosas y turgentes del tronco delgado de mi prima hermana.
Durante seis meses consumió con religiosidad los costosos medicamentos para regularizar la prolactina,  la  dieta extremosa de sabores placenteros restringía el chocolate, el refresco negro, las nueces, y  cualquier presentación de la cafeína ella renunciaba con convicción a todo. Todavía traigo en el paladar  el disgusto obvio en su rostro cuando el postre por compartir tenía algún grano o una pizca de chocolate, su gesticulación  nos llevó  familiarmente a considerar su estado de enfermedad como algo que nos cuestionaba a todas.
La disciplina de mi joven prima ha caracterizado su manera de  beber la vida, así que terminados los primeros seis meses de tratamiento y  llegada la cita esperada,  recuperar su camino sin miedo al cáncer familiar se convertía en la meta más anhelada de sus 22 primaveras (por encima del logro de  terminar la licenciatura); Ahora cuando ella corre sus mamas se mueven de manera autenticamente hermosa, vibran, se zangolotean dibujando con sus círculos disciplina, decisión y autocuidado a pesar de todo ello tendremos que esperar 3 meses más... todavía hay fibrosis en sus mamas, todavía no podemos cantar victoria... todavía la sombra del incipiente cáncer (Qué no es cáncer Chula!!) puebla sus sueños... ¿o sus pesadillas?
Toquemos nuestro cuerpo, informemos, formemos en el autocuidado a nuestras niñas, nuestra conciencia personal, a nuestras madres  y a nuestras abuelas trabajemos juntas en la promoción de la salud colectiva, rompamos el silencio, hablemos de lo no dicho.
(Descansa con la luna llena Chula que tu disciplina, el tratamiento, el reconocimiento de tu cuerpo darán resultado haciendo un brindis de bienestar y salud.)

viernes, 12 de julio de 2013

Barrer las estrellas sobre la luna en verano...¿Te digo?


   
Tal vez en el fondo las formas de enseñar encierran un profundo deseo de provocar en los otros y en las otras la sensación de éxito, el sentimiento de bienestar y congruencia, pero sobre todo de acompañamiento respetuoso (De ese que siembra libertad). 
      Tal vez en el fondo enseñar no es educar, y quizás docentes, padres, cuidadores y estado tendríamos que preguntarnos en conjunto que soñamos para nuestros futuros adultos y adultas, y abandonar la cadena de supuestos en los que fincamos nuestras repuestas inmediatas para los nudos diarios de personas adultas que somos y decimos ser. 
      Tal vez sea suficiente que recordemos quien, cuando o cómo me mostró lo valiosa, lo creativa y feliz que podía llegar a ser si aceptaba las cualidades que le dan forma a "mi yo" comenzando por las simples y jugando a imaginar las complejas: mi color de piel, mi talla, mi peso, la forma de mis ojos ( y las cadenas de génes que se esconden entre mis células) ... de las complejas a jugar con ellas cómo barriendo estrellas: 
¿Cuál es la forma en la que aprendo?
 ¿Cómo perdono y ofrezco mi arrepentimiento?
 ¿Cuándo estoy lista para la conversa y cuando para el silencio?
 ¿Resolver mis nudos? ¿Cuántos sola y para qué? ¿Cuántos nudos por resolver junto a los y a las que amo? ¿Qué prefiero sentir sobre la piel?
 ¿Qué hago con el enojo que me quema?...
¿Qué hago con el reclamo de mis sueños?