sábado, 31 de diciembre de 2011

Noche vieja

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Y es que tengo sueño y no  me duermo...

La noche se hace vieja para despedir el último día del año, estoy aturdida, como adolorida, y además con un  extraño exilio de mi propia cama, me hago promesas: "haré silencios, cuidaré de mí, caminaré más, soñaré dormida"; las preguntas galopan a babor sobre los rieles de la duda. Y de pronto caigo en la cuenta de la hora, y vuelvo a caer sobre cuentas en las que ellos (los de afuera de mi, los amigos, las amigas) alardean su sabiduría, hasta la rechinan y entre tanta exigencia lo único  lógico que demandan es que las preguntas no navegan  en los barcos, que los trenes no tienen jinetes, que a babor los barcos usan la izquierda  y que los vagones no se llenan sólo de deseos... 
¿A quién le importan las trancas de la realidad lógica?

Al amanecer otra oportunidad, hoy ya no tengo.