martes, 8 de noviembre de 2011

Experimento ¡¡COMPARTTTTEEEEE!!



¡¡COMPARTE, COMPARTE, COMPARTEEEEE!! Gritaba mi sobrino, su cuerpo doblado hacia adelante, su mandíbula y dientes apretados  y sus manitas empuñadas decoraban la escena, tenía tres años y  frente a la desesperación que provoca el deseo podía reclamar una conducta de convivencia y disciplina para el alma: ¡¡COMPARTE!! . 
También lo hacía reconociendo la claridad de las ventajas de compartir, de darse y de preveer la posibilidad de recibir. Por lo menos a los tres años parecía tener claro que si Él cedía lo suyo, en algunos momentos podría tener lo de los demás. Sin falsas humildades, sin dobles intenciones, solamente entregando con libertad puedes gozar del placer de recibir a los otros y  no sé si solamente con la franca vivencia de la reciprocidad las manos entregan, las ideas se encienden, las palabras se mecen, el hambre se calma, el corazón se sosiega, la empatía hace click y la conducta se humaniza. No sé si sea suficiente albergar en la panza el recuerdo de haber sentido agradecimiento, o la soltura de merecer para dar y quizás haga falta también para humanizarnos la conciencia de haber sentido el logró de dar lo que JUSTO   EL otro o LA otra necesitaban.
El proyecto de esta organización nos muestra la natural habilidad de dar a otro cuando hace falta, de dar y de recibir ¿Alguno se negó a mordisquear su trozo de pan?  lo veo y domino mi soberbia y recibo, recibo, recibo...
Y ahora entre el estrés de que la quincena me alcance confío en mi capacidad para COMPARTIR...me. 
(Aquí si alguien gusta tengo lágrimas escondidas en la nariz listas para ser compartidas, llevan el día entero con prisa de asomarse ¿Gustan?)

2 comentarios:

Gaby O dijo...

Interesante! mas que eso, MUY interesante! Mi niño no habla aun (cosa que me ocupa un poco) pero siempre sabe como pedirme, espero que mis respuestas a sus peticiones le enseñen tambien a compartir.
Abrazo!

Yumico K. Véliz dijo...

YEAH!! VOLVISTE
no hay tanto de que preocuparse, darse a entender es su misión. Sólo yo diría que no le hagas tarea fácil y demanda su palabra todo el tiempo.