La maestra de mi sobrino.

"Aprendiendo a Decir no, fuerte".
Cendi no.1 Federal. Preesc. 2B

La  educación Preescolar en mi país (México) comenzó la Reforma Integral Básica, entre los docentes es abreviado como "LA RIEV", esto ha llevado un proceso de reconstrucción de planes de trabajo y de demanda de ruptura de paradigmas. Sin embargo algunas maestras aun no encuentran el martillo que rompa sus propios  paradigmas de acción y conduzcan su práctica diaria "con la riqueza del plan de estudios 2011", preescolar es el pionero en exigir al adulto y reclamarle: toma y parte de sus saberes, ambienta momentos, moviliza esos saberes. 

Las educadoras que buscan dicen "encontramos cosas interesantes, dicen, el programa es fluido, te lleva de la mano". 

"Decir no, Rene nos acompaña"

Las educadoras que son cómo la maestra de mi sobrino todavía usan la voz alta, la hoja blanca eterna y la crayola, el miedo y la discriminación a los niños y las niñas que tienen recursos diferentes (económicos, intelectuales, emocionales, de recreación) y también a los que no cuentan con herramientas para enfrentar su propio día a día, los que no cuentan más que con lo que pareciera, la natural manera de resolver sus conflictos: los golpes, llanto, gritos. 

El enojo me corre por las venas cuando mi pequeño sobrino de 4 años elige no beber agua por no escuchar a su maestra gritarle y reprenderlo por su error,

¿El error? que el agua se derrame. Por el miedo a ser sancionado a "grito pelón".

Tony, Jehu, Mamá. 

 La rabia me enciende  la  crítica y la desacreditación, la rabia me impulsa a promover en mi sobrino la auto-defensa, el reconocimiento de sus derechos y la re-visión de su fuerza personal  para marcar límites a SU MAESTRA. El además sentencia ante mi discurso: "sí yo puedo pero a veces no; No te preocupes, cómo yo no puedo aunque me ayude Tony (su oso compañero de peluche) mi mami lo va a resolver, ¿Verdad, mami?".