lunes, 26 de marzo de 2012

Cual es el femenino para Caín y Abel??



Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio MEJOR que el de  Caín; Por la fe, Dios mismo, al recibir sus dones, lo acreditó como justo; Por ella sigue hablando después de muerto.

Hebreos, 11, 4 Libro de los Disparates

La relación con nuestras hermanas esta trincada en  tantas situaciones circunstanciales, esta atada a guiones familiares,  temperamentos, condiciones de carácter, habilidades y demás características propias de cualquier relación. Esta relación que nombran "fraterno-filial" podría esperarse respaldada en la incondicionalidad, en la aceptación plena  y la historia ha sido testigo mudo de que lo anterior no es más que un supuesto, "una buena idea", "un anhelo" tengo dos hermanas y no es así, no es con ambas donde encuentro  (y supongo entrego) aceptación, reconocimiento y demás¿Que tan consciente puedo hacerme del demonio que personifico cuando me vinculo particularmente con una de mis hermanas? 
¿Que tan consciente y eficaz puede ser mi conciencia sobre  la rivalidad puesta en cada una de las interacciones?
 Los ojos se abren grandes cuando a mi cómplice puedo decir: "Supongo que no la respeto, supongo que justo todas esas cosas que desprecio ella las hace, y entonces mi  convivencia es árida y hasta rasposa, tal vez debo comenzar por respetar las diferencias entre las dos y aceptar que no actuará como yo lo espero ni mucho menos como lo necesito, incluso si lo pido
Mi cómplice me mira y dice: "¡¡Zas que fuerte, no me atrevería a decirlo!!".
 Hablar de desprecio provoca escalofrío, no digo: "no la amo". Digo que esas cosas que desprecio ella las actúa con soltura. He analizado si es mi propia soberbia la que me aleja de la de ella. No he encontrado como desarticular esta maraña de malos tratos. Y entonces auto-exigida en dar y mantener una respuesta  consciente, amorosa, paciente, tolerante y respetuosa he decidido hacer una pausa en la relación, esto quiere decir, acercarme con la pinza necesaria, ser cordial, ser simple, no preguntar, saludar, abrazar en silencio, escuchar con atención, ver con detenimiento... Y todo de ida y vuelta: escucharme, verme, acercarme, preguntarme, o dejarme de preguntar, abrazarme.
II...
En terapia lo he encontrado, mi hermana menor no se permite que la seduzca, ella me saca de su camino, ella no se impresiona con lo que yo le muestro, ella no me reconoce, pero sobre todo ella no sucumbe frente a mis encantos. ¡Vaya que difícil es verme tan urgida ¿De reconocimiento?! ¡¡¿De valor?!! El dolor me viene de no ser importante para ella, el dolor me viene de pensarme pieza única, decisiva y eficaz para cambiar la relación entre ella y yo ¿Y si resulta que eso, y sólo eso  y además, así, necesita ella relacionarse conmigo?;
¡¡Chale prefería la hipótesis aquella de  que mi desprecio vivía anidando cosas irremediables, o de que todo residía en  sus derroches de soberbia.¡¡Zacatelas!! Seguramente hablo y he hablado de mi propia soberbia. Y cómo canta la canción: 
¿Seré yo o será que le pasa a todo el mundo?.
Mejor será platicarlo con la almohada.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

EQUIVOQUE AL ESCRIBIR Y MI COMENTARIO QUEDO PAGS. MAS ABAJO

Yumico K. Véliz dijo...

Encontré tu comentario perdido en el otro aleteo. Sin prisa, con el remanso de las vacaciones puedo decirte que busco justo lo que mencionas: "Amar, aceptar, y crecer". Es sólo que mi camino de análisis no se detiene, y entonces asumo mi soberbia y dejo vivir el amor en mi. Muchas Gracias.
Ojala a tantos días de distancia puedas leer mi respuesta. Gracias por pasar por esta terminal

Anónimo dijo...

que fuerte, pero que honesta

Yumico K. Véliz dijo...

Gracias lo recibo cómo un cumplido y también como una batería "pa cuando me falte valor para hablarme".
Gracias por pasar por aquí

Unknown dijo...

Hay situaciones en que la envidia de una hermana a otra es tan grande rompen años de cariño y convivencia, triste pero es mas sano alejarse.