lunes, 13 de julio de 2015

Serie los Archivos secretos de G.A: De besos laaaargos a la promesa de la virginidad.

Sueños-Dreams. Adri
Después de un rato  conocí a León, mi primer novio. Sí, lo conocí por internet y resultó ser primo de una de mis compañeras de la prepa. Después de varios intentos acepté  ir al cine, resulta que el principal buleador de los gorditos se enamoró de una “gordita”. 
Hasta ese momento no entendí porque eso  del “sexo” era tan placentero y no recuerdo como descubrí que las mujeres también podían masturbarse, pensé que eso sólo lo hacían los que tenían pene. Después de varios intentos  de literal, “picarme la cola” en la regadera, me di por vencida. Yo no sentía “padre”, ni rico, ni me dolía, ¡Ni sentía nada!
Ilustración Mónica Carretero
León y yo seguimos saliendo, iba a mi casa, yo iba a la suya, él era tan casto como yo. Nos descubrimos juntos. Me gustaba sentir en mis manos  su pene erecto cuándo me besaba. Me sentía atractiva y deseada, aunque en ese momento sólo sabía que sentía cosquillitas y “me sentía bien”. Se excitaba él y me excitaba yo. Entonces empezamos a  explorar nuestros cuerpos. En el cine, en la escalera de su casa, en la de la mía; cuando alguien se descuidaba la cosa se ponía caliente. Me gustaba verlo y que me tocara. Él si sabía  cómo tocar “mi colita” y  SÍ, se sentía rico. No llegamos al coito, los dos nos queríamos esperar. Pero… uuuuf que buenas tardes pasamos descubriéndonos. Por supuesto ¡Desnuda, jamás!
Fue una buena relación, solo que empezó a ser muy celoso. De pronto  pensaba que me hacía el favor de  andar conmigo (lo pensaba él y en honor a la verdad, también yo) Y me convenció en algún punto  de que Él era  el único que me iba a querer, y sentenciaba: “porque yo te quiero como estás y tú sabes cómo estás”…  Si, gorda.
Bird-house
Lo terminé, le rogué, volvimos, lo volví a terminar y se me borró del mapa. Me obligó a cerrar el ciclo.
Pasaron dos años de convivir con Miguel y que Miguel terminara con su novia, (Miguel es el mesero del restaurante). Un día que mis papás no estaban y después de muchos “me encantan tus ojos”, nos besamos. Después de ello cada día, todos los días que iba yo a trabajar. Me gustaba que  me abrazara por detrás para sentirlo “a la discre” y que pusiera sus manos en mis caderas antes de voltearme a besarlo. Sólo fueron besos, pero muchos, intensos y  laaaaarrrgos besos.  El restaurante cerró, le perdí la pista. Me  fui del país a estudiar a Nueva York de intercambio. 
Había escuchado que nadie  que se iba de intercambio  regresaba virgen y yo iba dispuesta a ser la excepción. Mamá me enseñó que las que se acuestan con el novio son putas, un remate perfecto cerraba la frase: “porque dudo mucho que se vayan  a rezar”.



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