El servicio postal mexicano ha quedado en la banca de atrás, entrega cuentas bancarias, deudas, publicidad y catálogos. El cartero dejó de ser un rostro evocado con nombre y familiaridad. Poco a poco dejó de llamar a la puerta para entregar caras de sorpresa, poco a poco ha dejado de dibujar abrazos distantes, ha dejado de retratar con postales las vacaciones de los que amamos o de los que se fueron.
El servicio postal es para muchos una especie de oficina de mensajería y envíos de las grandes cadenas de tiendas. Es para otros un recuerdo olvidado y pasado de moda. Esta semana me di el lujo de enviar una carta, una postal hechiza (es una fotografía impresa de Carlos Ortega M./camaradeciudad. blogspot.com/2011/12/felices- fiestas.html), esta semana me doy el lujo de fantesear con la cara de mi sobrino de cuatro años, cuando reciba el sobre, con su vocecita pidiendo a su mamá que le lea lo escrito, lo imagino haciendo lo mismo por quinta vez pero ahora con papá, (y por supuesto imagino a los padres un tanto fastidiados de la postal)
Lo imagino festejando y llevándola por todos lados. Yo por mi parte todavía el año pasado recibí una carta con timbre postal que llevé por todos lados, envíe un par de telegramas y esperé respuesta (en las nubes supongo, cómo quien espera una paloma mensajera que no ha sido entrenada).
Conozco a un hombre mayor que prepara cuidadosamente las cartas que escribe para no hablar, pero a la vez llama su añoranza y calma su temor de enfrentar una llamada directa que demanda conversación corriente y continua. Escribe, espera, prepara su siguiente carta. Recibe noticias relevantes para su vida, se despide de amigos a los que la vida se les termino sin alcanzar a verse. Invierte la vida que fue y la que tiene en cada una de las hojas llenas de letras. El todavía camina a la oficina postal, pesa sus sobres y saborea su regreso a casa con la ilusión encendida en la respuesta.
Al depositar la carta compré dos timbres postales que conmemoran la aviación en México no son de este año, son del 2010, me enamoré de ellos pero no para que se queden conmigo, la misión de los timbres postales es llamar a la puerta de algunas miradas curiosas, su misión consiste en decorar las frases de noticia, nostalgia, y asombro.
8 comentarios:
Creo conocer al 'hombre mayor'. El Señor tambien me escribió en alguna ocasión y, aunque no requirió timbre, me emocionó igual su carta.
Tienes razón y por lo tanto te paso mi dirección a ver si me toca algún timbre que conmemore la aviación.
Salud!
Por cuestiones de seguridad, harto temor a lo que venga y vaya, a lo que se ve y a lo que no se ve... En fin por cuestiones de seguridad y harto miedo Su dirección ha sido eliminada de las múltiples "vistas" que pueda sufrir en este "visitado blog" jajajajajaja
Que tal estrenar uno del 2012, no los he visto aun ... ¿Tú?
hijole, pues no he ido a ver... la verdad luego me lo pienso para salir con el crio yo sola o sin el carro (harta dependencia del auto no?) pero habra que verlos! jejeje Mi hermana en GDL coleccionaba hace tiempo sabias? Saludos!
no has de tener tantas ganas de escribir cartas... a mi no me ha llegado ninguna.
Donde quedó el timbre postal. Pide y se te dará
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