El arte de compartir las expectativas

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¡¡Es super novedosa esta forma de llevar consigo una dolorosa expectativa!!

 Compartir las expectativas sobre nuestra vida junto a alguien más,  pareciera ser un acto natural y poco reflexionado, sin embargo conforme me pasan los años me he dado cuenta de que en realidad, compartir las expectativas es una pausa que regularmente no hacemos, nada espontáneo y muy reflexionado. Entonces cómo sin darnos cuenta podemos habitar dolorosos y distantes mundos en la misma relación. 

De pronto alguien puede vivir en el país de Disneylandia, Apartado Postal: Aniquilar Dragones y la otra en el país de  Cualquier región con Apartado Postal: La Vida diaria y así en el trajín seguimos tejiendo las redes para poder co-existir siendo quienes somos, sin reparar, cada uno teje una ilusoria telaraña compartida, y no es hasta que los hechos braman cuándo la telaraña rompe de manera individual la esperanza y la confianza. 
Entonces cuándo es irremediable, sobre nuestra espalda, endurecido en el estómago o engarrotado en el corazón se postra el anhelo decidido a que de manera voluntaria seamos capaces de destruir los sueños, de dormir las habilidades, responsabilizar a quien no cubrió mis expectativas ni compartió los sueños no servirá de nada. 
Es tiempo de mirarnos al espejo y adueñarnos de cada anhelo, de cada interpretación, de cada expectativa sin clarificar, nombrar o poner sobre la mesa, la cama... de cada sueño  no tomado... y saber que podemos, y queremos seguir adelante.

Disfruté profundamente este corto de largo camino interior...