Nos corresponde como cuidadores, cuidadoras, padres, madres, tías, tíos, docentes, simplemente cómo personas adultas respetar cada uno de sus NO. Sin importar si el beso era un amable saludo para la tía más vieja, o el siempre solidario hermano, o la gentil vecina de "toda la vida", ¡NO ES NO!, se impregna desde la infancia, no es no!. Simplemente sÍ promuevo LA FUERZA DE ELLAS Y ELLOS PARA DECIR NO, entonces es mi deber, responsabilidad y obligación detener mi poder, evaluar la influencia que ejerzo, y la manipulación, por tanto acompañarles para que encuentren la propia llamarada en el corazón: NI UN SÓLO BESITO A LA FUERZA!.
Hogares, calles, escuelas seguras libres de violencia de género: ¡YA!
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