Largo es el recorrido para encontrarnos con nuestro propio nombre...
El interés de reconocernos en el nombre y su forma escrita (el que usan todos para llamarnos), ese interés da forma a los garabatos y agrega a nuestros discursos: "mi nombre es... y se escribe con...", ya los rayaderos (Cómo dice Lalo, de 4 años también) tienen la jerarquía de vocales y consonantes con un sentido y un significado, para poner firma a las hojas, a las paredes, a los juguetes.
Para Ángel estar atento en la voz y dirección de la clase es toda una odisea de auto-control;su rostro lleno de logro coronaba la mañana del lunes, cuando podía responder con certeza que vocales tenía en su nombre. Para Ángel también las vocales se dividen en la complicada selección entre mayúsculas y miyúsculas, y esas otras a las que llaman llanamente letras...
Mira mi nombre no tiene una "a" MIYÚSCULA...no tiene... sólo esta ¿Ves?
2 comentarios:
Comienzo a sentirme identificada con el niño con lo difícil de poder decir bien tu nombre...
Aún cuando no sabia leer ni escribir sabía cuando las maestras lo escribían mal jajaja es toda una proesa! Hasta en las vocales tuve problemas, mi mamá me explicaba pero terminaba llorando jajaja
Me has hecho volver a mis gratos recuerdos de esa edad.
Chale las mamás son sólo mamás!!
Por ello y tanto más un abrazo.
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