martes, 25 de octubre de 2011

Un lugar para crecer


Busco un lugarcito para mí…

He estado intentando recuperar los aprendizajes que hacen distinta mi manera de andar, es sólo que a  ratos parece que “chuequeo” del mismo lado del corazón, como con callo. Ya luego recupero lo que los oídos reciben, decodifico, finco y edifico las palabras que provocan la chuecura e intento enderezar  las deformidades.  Hace meses coloqué en bolsas y cajas objetos representantes de amor, compañía y compromiso, peligrosos objetos  que se armaron con lanzas, flechas y navajas y que  amenazaban con saltarme directo a la nostalgia y la melancolía, amenazaban con hundimiento de lágrimas hasta la borda  sin oportunidad de zarpar y  amenazaban con pasmo total de pasos en el camino. Así que fueron exiliados de mi nuevo lugar en solitario por ser considerados elementos de alto riesgo.
 Ahora la solicitud ha sido explícita “hagámoslo distinto, revisemos las cosas”. Ayer lo intenté, probé asomarme al rincón de las cosas y los recuerdos saltaban gustosos de ser removidos y me aclararon con prontitud que la tarea sería dura de roer, di la vuelta en señal de temor (supongo).¿He dicho ya que busco un lugarcito y sigo buscando? Esta vez si empaqué, volver a revisar, tirar, jalar, acomodar, pintar, limpiar, organizar, invertir tiempo  y esfuerzo para encontrar un lugar en mi exterior que cobije mi interior. 
Esta vez las paredes no ladraron arañando el recuerdo, esta vez las cosas no me ardieron como si fueran brasas, esta vez la red de arañas estuvo cortita y delgada pero sustancial e importante (con tamales humeantes para tener la fuerza de moverme).  Esta vez hubo saltamontes que llevaron y trajeron mi vida  y sus objetos con sus músculos y su tarde. Esta vez las cosas tienen un orden “cargado de ingeniería”. Esta vez de pronto sonrío añorando la vida entre dos, y vuelvo a sonreír cuando las paredes se decoran, cuando los clavos, los libros, los tendedores, o las plantas toman un lugar estratégico sin ser "de par". Esta vez la demanda de buscar un lugarcito para mí es más plena, ahora busco hacer diferente, ahora busco amar –me, ahora busco también amar con colores que no he usado. Amar y crecer parecen ser la mezcla para encontrar un lugarcito para mí sin molestar a nadie y poder quedarme aquí… (Dibujaría un corazón pero no sé como en esta plantilla, completo entonces: y PODER QUEDARME AQUÍ conmigo ya luego con los demás.)
(Parece más fácil en el preescolar usar un cuadro pintado en el piso para sentarse, ponerse de pie, o esperar en la fila y ya luego canturrear: “Busco un lugarcito para mí, sin molestar a nadie voy a sentarme aquí” y luego sin más asignarte un  lugar que respeta  la talla, el peso, que respeta al otro. Ahora me pregunto incesantemente como brindar apoyo sin invalidar, como hago para recibir y dar soporte sin anular la fuerza del otro o de la otra y la mía de por sí Y si alguien sabe bien como  sentarse, tomar fuerza, escuchar instrucciones, opiniones y conversaciones sin molestar a nadie entonces por favor mándeme un norte). 











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