Fíjate cómo hago la sopa, así cuando me muera te vas acordar de mí
cada que la prepares…
Rosario Urbina.
Ésta receta la pondré primero cómo me la aprendí,
para una familia grande, en cazuela de barro y con las cantidades que la abuela
dictó. Ya después yo fui haciendo mis adecuaciones, recuerdo la primera vez
que hice la sopa sólo para dos. El y yo
festejando un aniversario que no llegaba, pero a días de tenerlo, ahí
estábamos en la cabaña que recién
conocíamos, en la compañía que recién amábamos, en la sierra nueva y tan cerca de casa, ahí estábamos en la cabaña
famosa de Cecy Zendejas. Recuerdo que de
igual manera nos quedó grande la olla, y que seguimos comiendo sopa de elote
por un día más. La única sopa que sabía hacer para ese entonces y que además me
permitió amarlo al calor del fuego, amarlo y mostrar-me “esta soy”.
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Luis Castillo López, Flickr. |
La primera vez que hacía la receta de la abuela para
alguien más que no era de mi familia, la
primera vez que alguien importante comía
la sopa por vez primera para el. Los
nervios me hacían salpicarme la cara y decorar mi cabello con la leche del
elote tierno, sentía ganas de tener ojos en la espalda y mirarlo también cuando
daba la vuelta. Daba miedo salar mi
única receta, me daba miedo no tener un sazón especial, no me había dado cuenta
que lo qué cuenta es justo el regalo de amor “invertido en el momento” y ese
regalo se construye desde el momento en que buscas los elotes, y recorres a
prisa el mercado llevando cada ingrediente para poder exponerte al amor del
encuentro. La receta ya había sido aprobada antes de ser cocinada. Su mirada
calida y asombrada era parte del regalo que yo recibía.
Ahora tengo en mi repertorio un par de sopas de más,
caldudas y calientes, amorosas y solidarias.
Tuve ganas a principios de esta semana de hacer “mi sopa de verduras” pero sigo sin probarla,
sin cocinarla, y es que las sopas cuando son sólo para mí no quieren encender
el fuego del fogón, ni de la estufa ni de mis manos que inventan… sólo chayotes no hacen la sopa de verduras.
Ingredientes
12 elotes tiernos desgranados (Es
muy importante que estén nuevecitos”, decía mi abuela, ¿En estos tiempos quién tiene
elotes nuevecitos? Digo yo).
1 jitomate mediano cortado en cuadritos pequeñitos.
½ cebolla finamente picada o (en partes iguales
cebolla y jitomate).
Queso fresco al gusto, queso de mesa, adobera, o "asadero" (Cómo dicen en el norte de Betty)
Crema al gusto (yo usaba ¼ de buena crema o dos cucharadas grandes, de esas para servir)
1 litro de leche
1 ó dos cucharadas de mantequilla.
Agua para cubrir los elotes.
Sal al gusto
Procedimiento
- Sofríe la cebolla y el jitomate con la mantequilla hasta que la cebolla este
cristalizada
- Añade el elote tierno a la cazuela a penas cubriéndolo de
agua.
- Deja que el elote se cocine y cuando este
cocido.
- Añade la leche hasta dejarla con la
consistencia deseada.
- Cuando esté a punto de hervir añade sal y deja
que hierva junto con la crema.
- Prueba, sala y al final añade el queso de
mesa.
P.d la cazuela
de barro me invita a la cocina donde la abuela la preparaba, y añade para mí un saborcito de- li-cio-so.
Jueves 6 de octubre del 2011.