Lastimar bonito requiere que los ingredientes vengan en frescos y tronadores sin sabores, o mejor dicho repletos de su sabor y de sus nutrientes.
Se necesitará que los verdes y los colorados equilibren a los ácidos y amargos. Preste mucho atención si rompe la armonía podría ser desastroso para su receta. Demasiada acidez distrae la capacidad de reflexión y conlleva inequívocamente a resolver la superficial gastritis momentánea.
Hace años un nutriologo me aseguró que mientras los colores combinen el plato tendrá lo que necesita, claro si de crudos hablamos. Para nuestra receta baste que la combinación se adhiera a la ceguera y sazone muy cercana y discreta a la sordera elegida, sobre todo que combine cuidadosamente con el contexto de la crisis.
Elija frutos de temporada de esos que están alcance del bolsillo, de la mirada y de los paladares. Y por si se trata de exquisitéses revise los almacenes que nunca faltará algún producto a punto de caducar valdrá la pena, pues usarlos esta vez.
Elija frutos de temporada de esos que están alcance del bolsillo, de la mirada y de los paladares. Y por si se trata de exquisitéses revise los almacenes que nunca faltará algún producto a punto de caducar valdrá la pena, pues usarlos esta vez.
Seleccione cuidadosamente las frutas dulces que dan un toque de paraíso perdido a su ensalada. Advertencia: si usted se pasa de dulce perderá la consistencia deseada y además no conseguirá saltear la estancada elección de su ser querido. De lo demasiado dulce lo único que conseguirá es un cómplice más para justificar lo negado, o lo supuestamente ignorado.
Para la sal y la pimienta tome una pizca de ellas, y espolvoree sobre los ingredientes elegidos. Si usa cebolla cerciórese de picarla de frente a su comensal y sin desflemar así será más fácil apropiarse del resultado
Para esta receta es imprescindible que usted no haya cocinado ninguno de sus ingredientes, su compañer@ podrá sin lugar a dudas poner a remojar lo que no acepte en semejante crudeza.
La asimilación de los nutrientes es responsabilidad de quien la consuma y usted no puede bajo ninguna circunstancia lograr que simplemente por qué usted lo desea el comensal elija su ensalada como plato fuerte del día.
Le he dado vueltas como (buena ensalada) a mi propia versión de lastimar bonito, ¿Puedo esto ayudar a crecer? pienso que si. Que la verdad mas sacudidora, a veces dicha por quién nos ama y a veces por quién ni siquiera nos desprecia, es una escalera que cada una y cada uno elije cuando subir. Pero también es un plato fuerte que a veces nosotras o nosotros mismos servimos como postre, para que no se note, para que no quepa en el apetito, para que no duela...
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