¡¡COMPARTE,
COMPARTE, COMPARTEEEEE!! Gritaba mi sobrino, su cuerpo doblado hacia adelante,
su mandíbula y dientes apretados y sus manitas empuñadas decoraban la
escena, tenía tres años y frente a la desesperación que provoca el deseo
podía reclamar una conducta de convivencia y disciplina para el alma:
¡¡COMPARTE!! .
También lo hacía reconociendo la claridad de las ventajas de
compartir, de darse y de preveer la posibilidad de recibir. Por lo menos a los
tres años parecía tener claro que si Él cedía lo suyo, en algunos momentos
podría tener lo de los demás. Sin falsas humildades, sin dobles intenciones,
solamente entregando con libertad puedes gozar del placer de recibir a los
otros y no sé si solamente con la franca vivencia de la reciprocidad las
manos entregan, las ideas se encienden, las palabras se mecen, el hambre se
calma, el corazón se sosiega, la empatía hace click y la conducta se humaniza.
No sé si sea suficiente albergar en la panza el recuerdo de haber sentido
agradecimiento, o la soltura de merecer para dar y quizás haga falta también
para humanizarnos la conciencia de haber sentido el logró de dar lo que JUSTO
EL otro o LA otra necesitaban.
El proyecto
de esta organización nos muestra la natural habilidad de dar a otro cuando hace
falta, de dar y de recibir ¿Alguno se negó a mordisquear su trozo de pan? lo veo y domino mi soberbia y recibo, recibo,
recibo...
Y ahora entre
el estrés de que la quincena me alcance confío en mi capacidad para
COMPARTIR...me.
(Aquí si alguien gusta tengo lágrimas escondidas en la nariz listas para ser compartidas, llevan el día entero con prisa de asomarse ¿Gustan?)
(Aquí si alguien gusta tengo lágrimas escondidas en la nariz listas para ser compartidas, llevan el día entero con prisa de asomarse ¿Gustan?)
2 comentarios:
Interesante! mas que eso, MUY interesante! Mi niño no habla aun (cosa que me ocupa un poco) pero siempre sabe como pedirme, espero que mis respuestas a sus peticiones le enseñen tambien a compartir.
Abrazo!
YEAH!! VOLVISTE
no hay tanto de que preocuparse, darse a entender es su misión. Sólo yo diría que no le hagas tarea fácil y demanda su palabra todo el tiempo.
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