En lo profundo de las estructuras económicas descansa mi ir y venir diario, el trajín con el que me encuentro en la agenda; La que comparto con otras agendas, con otras mujeres, con algunos hombres, con los niños y las niñas... En la superficie de la organización diaria la profundidad del orden económico y del orden de los géneros me corretea, me da forma y yo le encuentro el fondo, por lo menos el mío.
Aquí sentada en la mesa de mi pequeño departamento con la agenda llena y con la cabeza también llena de pendientes, sinsabores, sabores extraordinarios y un extraño día bajo la lengua y bajo el corazón me hago un sin fin de preguntas sobre el hábito de compartir la rutina. Me pregunto una y otra vez lo válido o invalido de vaciar el trabajo junto a los y las que te acompañan a vivir, que seguro lo justo es decir "compartir la impresión del trabajo en nosotras después de la jornada".
La sombra de las expectativas se me anudan en las manos y en el tiempo que no para de caminar y anuncia entre otras cosas que la noche se termina entre presencias y ausencias, el tic-tac-tic-tac tic-tac-tic silencioso y rencoroso testigo; que además se jacta de orillarme a reconocer que yo buscaba profundidad, semanas buscando el fondo para la forma y en un vaivén de péndulo me escupe: "más valdría recordar, a nombre del bienestar que eligieron la espuma beber y no el fondo leer!".
Aquí les dejó un vídeo para compartir un poco de los días que se escaparon dejando eso que ni que, su huella en mi vivir. Palo dado Ni su Dios lo quita!
Aquí sentada en la mesa de mi pequeño departamento con la agenda llena y con la cabeza también llena de pendientes, sinsabores, sabores extraordinarios y un extraño día bajo la lengua y bajo el corazón me hago un sin fin de preguntas sobre el hábito de compartir la rutina. Me pregunto una y otra vez lo válido o invalido de vaciar el trabajo junto a los y las que te acompañan a vivir, que seguro lo justo es decir "compartir la impresión del trabajo en nosotras después de la jornada".
La sombra de las expectativas se me anudan en las manos y en el tiempo que no para de caminar y anuncia entre otras cosas que la noche se termina entre presencias y ausencias, el tic-tac-tic-tac tic-tac-tic silencioso y rencoroso testigo; que además se jacta de orillarme a reconocer que yo buscaba profundidad, semanas buscando el fondo para la forma y en un vaivén de péndulo me escupe: "más valdría recordar, a nombre del bienestar que eligieron la espuma beber y no el fondo leer!".
Aquí les dejó un vídeo para compartir un poco de los días que se escaparon dejando eso que ni que, su huella en mi vivir. Palo dado Ni su Dios lo quita!